Muere de cáncer después de que su médico le dijese que era demasiado joven para tenerlo

La madre de tres niñas ha fallecido de cáncer a los 32 años. Los médicos que en un principio, le diagnosticaron otro tipo de afecciones comunes. Fue durante una ecografía de su embarazo cuando los expertos vieron ocho tumores en su hígado. Ahora, la madre de la chica fallecida, está intentando concienciar tanto a los jóvenes sobre el cáncer como a los médicos sobre los diagnósticos. Nicole Yarran, australiana, fue diagnosticada de un cáncer terminal de hígado y de intestino después de que se le realizara una prueba rutinaria mientras estaba embarazada de su tercera hija. Falleció el pasado septiembre tras estar luchando contra la enfermedad desde el año 2015.

La madre de Yarran, Narrier, dijo que su hija se sentía mal, que había perdido mucho peso, estaba constantemente acatarrada y había encontrado sangre en sus heces. Pero cuando fue a ver a un médico y le contó sus síntomas, el médico de cabecera le dijo que era "muy joven" para el cáncer de intestino y su diagnóstico fue de ‘Síndrome de intestino irritable’, afección común a largo plazo del sistema digestivo. Pidió una segunda opinión y otro de los médicos a los que fue a ver le dijo que seguramente fuese celiaca. Ninguno de los dos le realizó ningún tipo de prueba previa. Y Embarazada de su tercera hija, no fue hasta que se hizo una ecografía cuando los doctores descubrieronq que tenía ocho tumores "del tamaño de una pelota de golf" en su hígado. Después de otra exploración, víspera de la Navidad de 2015, a Yarran se le diagnosticó cáncer colorrectal metastásico y comenzó el tratamiento solo tres días después.

"Si el médico solo hubiera prestado atención a sus síntomas y hubiera solicitado una muestra de heces o hemograma completo, al menos lo habrían encontrado en 2014, porque fue el embarazo el que alimentó los tumores”, dijo su madre. También explicó lo triste que fue para Yarran enterarse de que no viviría para ver crecer a sus niñass: "Nicole se dio cuenta de que no vería a Aaylah, que tiene cinco años, y Alavis, de 18 meses, que asistirá a su primer día de escuela o al primer día de secundaria de Alkere, ni verá a ninguno de ellos graduarse o entrar en la universidad”. Narrier espera que compartiendo la historia de su hija, más personas se sentirán capaces de ser firmes cuando estén preocupadas por sus síntomas, y más médicos realizarán pruebas a sus pacientes: "Solo pido que la historia de Nicole destaque la importancia de que cualquier practicante respete las opiniones de sus pacientes, que por una vez piense fuera de las estadísticas o la teoría escrita que guíe su cabeza y escuche lo que le dice su intestino, porque a menudo, es el primer instinto el que puede prevenir el resultado negativo y podría prevenir la muerte de un ser querido ".